Se trata de un baile de palos o paloteado, que corre a cargo de ocho danzantes y un personaje singular que los dirige, el «Bobo». La festividad se inicia por la mañana, cuando las autoridades municipales parten por el camino viejo hacia la ermita de Nuestra Señora de Muskilda, ataviadas con trajes típicos del Valle de Salazar y acompañadas por el cabildo y el grupo de danzas. Tras la Misa, los danzantes bailan al son de la gaita las ancestrales danzas de Ochagavía en honor a la Virgen y se procede al cambio de mayordomos.