Llega el verano y los rebaños se trasladan de la Bardena al Pirineo buscando un clima más propicio para los meses de calor.
La transhumancia ha consistuído durante siglos una labor de gran importancia para nuestros valles, tanto desde el punto de vista económico como social.
Servía para mejorar el rendimiento ganadero, para lo que los pastores se desplazaban con su ganado buscando un clima más adecuado y pasto para sus reses. Pasaban los inviernos en los valles o zonas de invernada y en verano subían a los pastos de montaña.
En la actualidad son pocos los rebaños que siguen practicando la transhumancia.
Uno de sus mayores legados han sido las vías pecuarias o cañadas, que han articulado los entornos rurales y que sirven para denominar a aquellas rutas o itinerarios por donde discurre o ha venido discurriendo tradicionalmente el tránsito ganadero.